La carta que no te voy a escribir
Habla de deseo contenido, de verdades no dichas, en espera. Habla de un cazador que te ronda, que soy yo, que te busca y te acecha, esperando la oportunidad. Habla de sueños, de devorarte con los ojos, de llamarte con todo el cuerpo, de llevarte dentro, desde que me levanto hasta en mis noches de desvelos.
Esta carta dice que voy a por ti, dispuesto a luchar, a sufrir mil heridas y a curarlas, dispuesto a perderlo todo si hace falta. Dispuesto a ser un canalla y un santo a intentar hacer las cosas bien pese a tí, a conquistarte, a enamorarte. Iré hasta donde nace el río, bañaré en ella mi piedra conjurándote con un susurro, me la colgaré al cuello para que tu camino y el mío se enlacen como hiedra en la roca umbría.
Esta carta dice que voy a ser un hombre, al fin, que dejaré atras al niño y que con toda mi malicia y todo mi cariño urdiré una red donde no puedas escapar, donde te tengas que rendir a mi, donde tu deseo arda igual que arde el mío. Voy a aprender cual es ese misterio que pierde a una mujer, voy a ser todo lo malo que pueda ser para tenerte.
Porque esta carta dice lo que te amo, lo hundido que estoy en el deseo de tí, lo que quiero tenerte por compañera, lo que ansío de tu sonrisa iluminando mis días, lo que preciso de tu bella locura impulsando mi corazón.
Te llamo. Ven junto a mi.
martes, 25 de octubre de 2011
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