jueves, 26 de noviembre de 2009

Paradoja

Ser libre hasta para decidir dejar de serlo...

La Estación

El maquinista echa carbón, pues el tren debe llegar. Ve pasar el paisaje, desde la cabina ardiente, entre estruendos de pistones, sus ojos blancos como dos faros en una noche de hollín. Echa carbón, sus musculos magros tensos como cuerdas, como cables de aceros, pieza más de la máquina que devora railes incansable. La música es la de las bielas y las traviesas, son de esclavista que golpea y golpea. Las paladas se suceden ritmicamente a la caldera, alimentando el fuego, el vapor silba con furia, rasgando en su chillido el silencio de los mismos cielos.

Desde la máquina se ve pasar a los salvajes desnudos a caballo, pasan las praderas, las manadas de animales, pasa la libertad ante los ojos del maquinista tiznado. A menudo saltaría, abandonaría el tren a su suerte y se dejaría caer en la hierba, se desprendería del humo y del polvo, vería alejarse veloz, loco y descontrolado el convoy. Para recuperar su libertad, para correr y jugar, y para sentir el frío en la noche y la necesidad de cazar y comer, para ser salvaje y dueño tan solo de si mismo.

Pero el tren debe llegar, debe llegar a la estación, no puede parar ahora, no puede quedarse sin control. Debe llegar sin estrellarse, debe llegar con todos a bordo, y eso incluye al maquinista.

Cuando lleguemos a la estación, entonces ya veremos.

martes, 24 de noviembre de 2009

¿Para cuando esa cena?

Hablaremos de las cosas que nos atan
de las cosas que creemos y las que tenemos asumidas
de las que se pueden cambiar
todas
de las que no queremos romper
de las que morimos si no lo hacemos

Hablaremos de lo que vendrá
negro quizás
o brillante tal vez
libre o esclavo
futuro que quizas depende de nuestros sueños
pero que cada día destruimos con nuestro trabajo

Hablaremos de la libertad
de la necesidad de crecer
y volver a ser ese niño
de aprender y disfrutar
de entregarse, abandonarse
dejar que la entropía nos zarandée

Buscaremos un camino
seguro no lo hallaremos
pero al menos quizas podamos ver
su polvo dorado en nuestros pies
al atarnos de nuevo los zapatos

jueves, 19 de noviembre de 2009

Disección

En ocasiones las películas cursis de adolescentes pueden ser fuente inspiración, aunque parezca mentira. En este caso, la protagonista se ve arrastrada por una pasión romántica irrefrenable, inevitable, nada en su vida, ni su vida misma, es más importante que estar con el amado.

Que conste que el visionado fué algo accidental, yo realmente pasaba por allí...

Bueno, después de involuntariamente ser espectador de semejante derroche de sentimentalismo, me puse a pensar sobre ese concepto del amor, que se antoja tan absoluto y exclusivo, y que condiciona las relaciones de pareja y desemboca frecuentemente en matrimonios y, logicamente, en frustraciones cuando descubres que eso del amor no es exactamente aquello que te contaron de jovencita.

Podríamos decir que las relaciones entre personas se componen de dos sentimientos, a saber, amistad y atracción. Hablaríamos de amistad como de aquel sentimiento de camaradería, de afinidad, de sentirse próximo a la otra persona. Vendría a ser un sentimiento basado en espacios y actividades comunes, en formas de pensar similares, en complementariedad y en capacidad de cooperar.

Cuando hablamos de atracción, nos referiríamos al deseo físico de disfutar del cuerpo de la otra persona, de abrazarse, besarse, tener sexo... un deseo motivado por el aspecto, por la actitud, por el olor, las hormonas, puede que muy en conexión con la parte de animal irracional que aún (por suerte) conservamos.

Ambos sentimientos se combinan en mayor o menor medida para dar lugar a ese 'arrebato' que llamamos amor. Cuando se es joven (adolescente quiero decir), se siente todo ello de forma exacerbada: la propia forma de vida del adolescente, tanto en centros de enseñanza como en los momentos de ocio, tiende a la vida en grupo, a estar compartiendo constantemente, lo que propicia relaciones de amistad fuertes e intensas. Y que decir de las hormonas a esas edades... la atracción por las personas del otro sexo (o del mismo) es constante, muchas veces simultáneas.

Vamos, que eso del amor no es mas que afinidad con otra gente con la que, además, te pegarías un revolcón de aúpa (lo reconozca el/la adolescente implicada o, por castración cultural, ni se le pase por la cabeza, aunque se mate a masturbaciones)

Ahora podemos liar un poco la cosa.

En ocasiones se da solo amistad. Muchos conservamos amigos/as de aquellos tiempos que esperamos sigan siendolo por mucho tiempo. Y no sentimos muchas ganas de tener relaciones de caracter más... digamos fisicas, con ellos.

Por otro lado, hay veces en que solo hay atracción. No se tiene nada en común, ni se te ocurre que cosa podrías hace con esa persona excepto... en fin, que es estar cerca y saltar chispas termoelectricas. Podríamos llamarlo simplemente lujuria, vulgarmente tener un polvazo, libinidosidad (de esto hay bastante en los susodichos adolescentes cuando el nivel etílico es grande). El caso es que, si lo reconocemos como tal y lo disfrutamos como lo que és, sin buscarle mas, puede ser también edificante e incluso sano.

Ahora, el tema es que hablamos de estos sentimientos aplicados a adolescentes... ¿pero que pasa cuando ya se trata de personas 'hechas y derechas', con sus trabajos, familias, etc.? Vemoslo por parte.

Por un lado el mundo del trabajo es algo diametralmente opuesto al mundo estudiantil. Las relaciones son frecuentemente de competencia, a menudo de jerarquía, y con suerte de cordialidad. Pero el intercambio, enemigo de la productividad (a priori, habría que verlo) es algo penalizado en la empresa, con lo que las relaciones de amistad son escasas cuando no nulas.

Por otro lado, al tener una familia establecida, un compañero del que se supone estas enamorado o con quien tienes, como mínimo, un compromiso de exclusividad, hace que los sentimientos de atracción se vean inhibidos. Cuanto mas cuando la vida se hace sedentaria, se suda poco, se liberan pocas hormonas, en fin, nos volvemos sexualmente menos receptivos.

Conclusión, conforme más nos adentramos en el mundo productivo, mas lejos nos encontramos de poder hallar la pasión. Pero no solo fuera de la familia, también dentro de ella, cuando la atracción, que es prima hermana de la novedad y el riesgo, disminuye, también por la rutina y el escaso tiempo libre que no es descanso...

En resumen, que ya es tarde... que el enamoramiento no es mas de lo que es, no hay que 'trascendentalizarlo' pues tiene explicación y es reproducible, y al mismo tiempo tampoco es exclusiva de una edad temprana, mas bién perdida por la inmersión en el sistema productivo. Dicho lo cual, me puedo ir a dormir con la cabeza bien alta de darle a este blog un artículo que pase mas allá de las quince líneas.

martes, 17 de noviembre de 2009

Viagem

Suspederam a viagem
Fui parar em outro trem
Que beleza de paisagem
Vamos rumo a belém

Agora é tempo
Colher fruta madura no vento
Piqui não sai do meu pensamento
Bacia cheia de manga bombom

Nasce o sol, nasce uma noite
E o menino também vem
Que beleza de paisagem
É meu filho e passa bem, bem, bem

Agora é tarde
Não dá para adiar a viagem
Jõao já tem três anos de idade
Não quero merecer outro lugar

Volto quem sabe um dia
Porque os trilhos já tiraram do chão
Olho as tardes, vivo a vida
Nada é em vão

Suspederam a viagem
Fui parar em outro trem
Que beleza de paisagem
Vamos rumo a belém

Agora é tempo
Colher fruta madura no vento
Piqui não sai do meu pensamento
Bacia cheia de manga bombom

Nasce o sol, nasce uma noite
E o menino também vem vem vem
Que beleza de paisagem
É meu filho e passa bem

Agora é tarde
Não dá para adiar a viagem
Jõao já tem três anos de idade
Não quero merecer outro lugar
Volto quem sabe um dia
Porque os trilhos já tiraram do chão
Olho as tardes, vivo a vida
Nada é em vão


Letra: Vanessa da Mata
Intérprete: Daniela Mercury
Disco: Sol Da Liberdade

Extraído de Coveralia

lunes, 16 de noviembre de 2009

Añoranza de agosto

Quizás por la menor cantidad de luz. Quizas por el calor que ya cesa. Quizás por las noches que ya no huelen a vida. Quizás por las semillas que se entierran y ahora esperan a crecer. El caso es que me falta esa energía que había durante este verano, convulso, ardiente, explosivo, que me ha mantenido con el corazón a flor de piel. Quizás es la anestesia que hace efecto, quizás es la ausencia de sal de mar en la piel.

El caso es que mi ánimo cae ahora atenuado, al igual que estas tardes de otoño en los que la luz se desvanece, como una pintura al pastel sobre la que un dios artista y loco pasa un difuminador de forma obsesiva. Y en esta latencia, en esta suerte de espera en la que ves pasar deseos, refrenados por el ahora, aplazados, me pregunto si quizás no estoy traicionando, enjaulando de nuevo, a ese animal salvaje que hace unos meses clamaba libertad.

Quizás ahora me doy cuenta de que no volveré a vivir un otoño como este. Es por eso que es preciso hacer este esfuerzo, es por eso que, quizás una vez mas, debo tener las riendas, las mías propias, recogidas, esperando que la vida cambie.

Quizás es el momento de dejar las semillas crecer.

Quizás es el momento de aguardar mientras el agua quieta horada en silencio la piedra.

Y dentro de un año, el verano volverá...

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Delirio conspiranoico (a modo de ciencia ficción)

Si yo quisiera controlar el mundo

Precisaría que la gente, tanto como masa y como individuos me dejase hacerlo
Como un perro ovejero que domina el ganado, tanto el que va junto como el que se sale de la manada.

Precisaría saber como hacerlo

En el 100% de los casos

Incluso en los casos no previstos.

Precisaría en todo caso una respuesta, un estímulo a aplicar, para conseguir que todos y cada uno, cada cual en su papel, como piezas, engranajes, las consecuencias de sus actos, sumadas a las de todos los demas, den como resultado la dirección en la que quisiera que se moviesen.

Como un rebaño de ovejas.

Saber. La herramienta básica del saber hoy en día es la base de datos. Es el saber pormenorizado, es la posibilidad de tener una representación lo mas completa de la realidad. El paradigma de la base de datos es el modelo relacional, tablas y tablas de datos que se relacionan. Relaciones. Datos inconexos, en aparencia, pero que se cruzan, se vinculan unos con otros.

Si el saber es una base de datos, el preveer es la estadística. En función de esos datos cruzados, calcular de forma matemática posibilidades, riesgos, probabilidad de acierto.

Calculo. Capacidad de computación. Teraflops y terabytes. Tenemos como civilización, o como empresas, o como gente con dinero, la capacidad de almacenar una cantidad de datos que tiende a infinito. Y una capacidad de cálculo que excede, tanto en rapidez como en cantidad, toda la capacidad de cálculo que la humanidad ha generado en su historia.

Si lo aplicara a las personas, podría estudiarlas casi una a una. Si consigo saber con quien se relacionan, si consigo almacenar todas las palabras que dicen y a quien, si son palabras de amor, de deseo, de frustación... Podría hacer una base de datos, enorme, gigantesca, y cruzar todos esos datos y calcular como, quien, qué y porqué.

Quizás se pudieran preveer. Quizas se podrían establecer patrones, con una incertidumbre que tienda a cero. Si consigo diseccionar los pensamientos de las personas como quien estudia la errática trayectoria de los electrones.

Con los patrones establecidos, como ladridos del perro guardian, solo precisaría lanzarlos, como anzuelos específicos para cada pez.

Si consiguiera tan solo leer y almacenar tus pensamientos.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Hoy todo vuela

Ha sido llegar a mi puesto de trabajo y la realidad ha estado intentando en todo momento romper el estado de tranquilidad interior en la que me encontraba.

Como el viento hoy, intentando hacer que todo se desordene, revolviéndolo todo, desgajando los árboles, haciéndonos respirar arena, volteando las vallas publicitarias, haciendo creerse pájaros a las macetas y punkies a las señoras.

Pero cuando ves que lo único que no cambia es el cambio constante...

Tan solo te queda escuchar Perpetuum Mobile y sonreir entrecerrando los ojos

martes, 3 de noviembre de 2009

Define aquí

(Del lat. eccum hic).

1. adv. En este lugar

2. Espacio físico en el que el hablante se encuentra. En algunos casos positivo (me encanta estar aquí, entre tus brazos) en otros negativo (todavía estoy aquí, en el trabajo). También puede darse el controvertido caso de ser el lugar donde se halla el que lee, siendo no coincidente con el que escribe. En ese caso, tu que lees, estas aquí, relativo a tu posición, pero no aquí, si hacemos referencia al autor mientras redacto esta definición.

3. Coincidencia temporal en un medio de comunicación a distancia, entre dos o mas interlocutores, que no tiene por que coincidir con el espacio físico en el que se encuentran (aquí estamos, echandonos unas risas). A menudo provoca confusión al intercalar su uso con el anterior (aquí hace un sol veraniego / pues aquí es de noche ahora)

4. Referencia a un ámbito cultural común, diferenciandolo de otro: Pues aquí comemos a las dos de la tarde / pues aquí a la una. En este caso el ámbito abarcado por el aquí puede variar según el contexto, dandose el caso de que dos personas en distintos aquíes puedan, según la conversación, pasar a pertenecer al mismo aquí: aquí somos mas apasionados que en los paises anglosajones.

5. Lugar inexistente en la virtualidad de la red, abstracción del cerebro humano para manejar un entorno de datos de forma espacial: puedes encontrar esa información aquí, en este enlace.


Extraído del Diccionario Panibérico de Dudas de la Irreal Academia

lunes, 2 de noviembre de 2009

Traicionando al blog

Ayer puede haber tenido esa horita para poner en orden esas ideas que andan por ahí burbujeando, y colocar aquí esas conclusiones concienzudas que ayuden (ejem..) a mis intrépidos lectores a sobrellevar esta loca vida.

En vez de eso, me comí un kebap, me cogí la timba, y me fuí a tocar junto a la muchacha del almendro, rodeados de perros y gatos e iluminados por la luna, que no estaba llena pero casi.

Es que soy un traidor incorregible.