viernes, 18 de diciembre de 2009

Y el hombre imaginó a Dios

Vaya, aunque caducadísima (en realidad tiene 20 años el descubrimiento), curiosa cuanto menos la noticia. Divertido personaje el tal Miguel Ángel.

Un cerebro oculto en la Capilla Sixtina

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Aquí tienes tu post

¡Pues no te vas a quedar sin él! Solo que con otro tono, de hecho lo prefiero. Voy a prometer, cosa que nunca hago, pero, como dice mi hermano ¡que demonios! Nos veremos, espero que este año, y nos pegaremos unas buenas carcajadas (invitame a un café y verás, eso sim, con mucha azúcar). Nos iremos de fiesta, loca como pocas, seguiremos esa lógica traviesa de la vida, donde la reducción al absurdo es ley y la casualidad condición sine qua non.

Un rato de tonterías y unas sonrisas ilegales, quizas no seamos mas que eso. Pero lo sabes y mil veces te lo digo, es genial cada uno de estos ratos, es genial cuando me cojes inspirado, y es genial cuando mis ánimos estan por los suelos (nunca terminan de caer tan bajo, recuerda, ¡soy timbalero!). Es genial cuando compartimos la inquietud por los que queremos, cuando nos contamos nuestros éxitos y fracasos, es genial cuando somos otras y cuando somos tu y yo.

Así que, no es la primera vez que lo hago, pero otra vez mas me vuelvo a repetir. Es genial tenerte aquí, aunque estes allí (cosas de este progreso desquiciado).

Eres genial y fascinante, lo eres tú.

Así que te dedico un post, a tí solita.

(los pescaítos siempre mordemos el anzuelo, ¡ay de nosotros!)

Amigos invisibles

Tu voz risueña me despierta añoranza de tu abrazo, adicción quizas de un sorbo mas de ese vino clandestino que es tu aroma. Mis manos se redoblan queriendo coger las tuyas, ambas castigadas por el frío y los golpes mal dados. Sabes que deseo tu compañía, puede que por eso me esquives, o quizas la casualidad, despiadada como siempre, empeñada en asegurarse de que nunca pueda ser lo que ambos sabemos no será.

No obstante te espero y confío, un día como ayer estaré en tus brazos y tu en los míos, como ayer yo en tu voz y tu en la mía, porque como ola perezosa siempre al final vuelves, y siempre refrescas esta arena seca y quemada. Un día me llevarás a conocer el nombre de los pajaros y sus trinos. Un día, como fué ayer, ambos reiremos de nuevo retumbando en la noche bajo el almendro.

Tal como me pediste, me he acostumbrado a no desear mas que eso.

Viéndoles besarse

¿Cuando fué cuando los besos pasaron a ser un trámite, un gesto de hola y adiós? ¿Cuando fué cuando dejamos de bebernos el uno del otro? ¿Cuando se acabaron los instantes de pasión, cuando deteníamos el mundo para sumergirnos un instante en los labios del otro?

¿Cuando, en que momento, la prisa nos engulló, en medio de un alud de cosas importantísimas que hacer? ¿Cuando incluso la cama se convirtió en tiempo robado al sueño? ¿Cuando el hecho de amarnos se convirtió en un acto de fé, en algo establecido en un papel, en una hipoteca?

Pese a toda la lírica... siempre me reprochaste ser un besucón.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Ala de mariposa

Me gusta salvar mariposas, aunque sepa de lo inutil de mi acción. Por las mañanas las encuentras, sus alas rojas y negras extendidas para recoger el sol, al borde del cristal de la exposición. Haciendo como que trabajo, me acerco a ella y le hago subirse a mi dedo, tan atontada está por la mañana. Es un instante de poesía cruzar la puerta mecánica, alzar la mano y verla volar. Es casi un acto de rebeldía en pleno horario laboral.

Primero vinieron a por el P2P, pero a mí no me importaba...



Extraído de Sinergía sin control, de hecho, recomiendo el post y la tira que lo encabeza (tendreis que entrar para verlo, queridos y queridas)

martes, 1 de diciembre de 2009