miércoles, 20 de agosto de 2008

En ausencia de prisas



Cuando todo lo que tienes que hacer es tumbarte en la hierba, mirar las hojas verdes que juguetean con la luz del atardecer, soplar un par de aires en la harmonica simulando un irlandés, sin importarte si suena bien o mal, tan solo por el placer de improvisar, ver las nubes pasar, sentir la brisa que refresca un verano que se resiste a decaer, hacer una foto intrascendente por jugar, cuando haciendo tantas cosas no estas haciendo realmente nada, y no sientes la imperiosa necesidad de hacer nada mas. Son esos los momentos que te hacen amar las vacaciones.

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