¿Pueden los hombres, como género, liberarse a si mismos? Para ello deberían tomar conciencia de estar presos de algo, aunque sea de la propia idea de ser hombres. Pues de eso trata este libro, de la identidad social de los hombres como elemento de poder, diferenciador y opresor (fundamentalmente de la mujer, pero también de los propios hombres). El texto merece por lo acertado e innovador del planteamiento: cómo la identidad social establecida de lo que debe ser un hombre - bien diferenciado de todo lo culturalmente femenino, superior por definición a la mujer y poseedor del recurso de la violencia - es fuente de conflictos sociales y personales que afectan tanto a las mujeres como a los hombres.
El autor plantea como necesario e inevitable un movimiento que transforme esa percepción social de la idea de lo masculino (valores por otro lado incorporados también, y cada vez mas, por las mujeres) profundizando en una igualdad real entre generos y proporcionando a los varones un acercamiento a areas y formas de ser que hoy por hoy les estan vedados por estar socialmente adjudicadas a la mujer.
En fin, que como crítico literario mas me vale colgar la pluma (o en este caso jubilar el teclado). En todo caso, echadle un ojo los (y las) interesadas a un libro que, desde mi punto de vista, es mas que recomendable.
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