martes, 5 de abril de 2011

Time

Que somos, que podemos ser, sino nuestro tiempo. Ese tiempo, encerrado en el redil de un reloj, troceado, dividido, estirado, tiempo con el que comerciamos, haciendo del tiempo que es nuestra vida prostituta que se vende para comer, flor que se siega para alimentar los cigarros ajenos.

Que somos sino nuestro tiempo, red con agujeros que apenas atrapa estas palabras que vuelan, que nos atraviesan fugaces y que ¿ves? ya se han ido. Tiempo de un suspiro, para decir lo que no te has atrevido, para dejarse caer, para aguantar esa espera que nunca acaba. Tiempo para el jamás, para el mañana y para el ya no. Tiempo de lo que dura una canción, una mirada, un brillo dorado de sol sobre un pelo ondulado.

Que somos sino nuestro tiempo, para mirarnos a nosotros mismos y reconocernos, y a veces asustarnos de lo que vemos. Tiempo para respirar pausadamente, para ordenar los pensamientos en sus pequeños cajones junto a los calcetines limpios, de guardar los deseos en la cajita o para abrirla de noche y admirar en la oscuridad su tenue brillo.

Tiempo es lo que somos. Si nos quitan nuestro tiempo, entonces ya no somos, solo fuimos.

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