Con sangre y dolor viniste. Te esperábamos. Viniste y tuvimos que tirar unos cuantos trastos a la basura y otros volverlos a desenpolvar con la ilusión de no tener que guardarlos nunca mas. Viniste y todo se paró, girando sin aliento en torno tuya. Todos todos los ojos preguntando por tí, y tú llorando y devorándonos, como siempre ha sido.
Viniste y todo se desordenó, liberándonos.
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