No siempre estamos ingeniosos. No siempre estamos ocurrentes. No siempre decimos palabras que chisporrotean como una bengala en noche de San Juan. No siempre llegamos con alegría, sin cansancio, con ganas de continuar. No siempre escribimos algo original, sin repetirnos, otro poema ligero lanzado al viento. No siempre podemos con el peso de la realidad.
No siempre vamos silbando, con los faldones fuera y mirando distraido las nubes. No siempre nos echamos al mar sin importarnos el frío, o nos levantamos con un sueño ligero que se desvanece con las primeras gotas de la ducha. No siempre un vaso de agua fresca nos refresca del todo y nos sacia completamente.
No siempre sabemos que decir, ni somos capaces de mantener la mirada. No siempre encontramos ese abrazo fuerte, ese beso de cariño, y si no lo encontramos no lo podemos dar. No siempre hay canción que cantar, ni baile que te lleve los pies de fiesta.
A veces, como estrella que tilila, dejamos de brillar.
Quizás para en el momento siguiente hacerlo con mas fuerza.
viernes, 2 de julio de 2010
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